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ASÍ NO

"Hay cosas conocidas y cosas desconocidas. Y en el medio están las puertas" (Jim Morrison).

La forma en que ha muerto Osama Bin Laden pervierte el orden social que defienden los liberales. El imperio de la ley se resquebraja cuando un gobierno ordena a sus fuerzas de seguridad entrar en un país extranjero para asesinar a un nacional de un tercer país. Sin derecho a defensa, sin posibilidad de arrepentimiento.

El día que un hombre sabio bajó de una montaña con unas piedras escritas donde se podía leer "No matarás", la humanidad dio un paso de gigante hacia la civilización. No son sólo motivos éticos o humanitarios los que hacen sentir repudio ante las ejecuciones sumarias.

Cuando von Mises criticó el recurso a la guerra, lo hizo sabiendo que los motivos humanitarios no eran el contraargumento definitivo. Hacía falta un discurso más práctico, que Mises encontró en la dificultad que la guerra causaba al libre comercio

Las repercusiones negativas del asesinato de Bin Laden tal vez sean flor de un día y la ira de sus seguidores puede mitigarse en breve, pero las oportunidades perdidas difícilmente van a ser recuperadas. Sólo por eso, ya valdría la pena haber intentado actuar de otro modo.

Matando a Bin Laden no solamente se asesinaba a un terrorista, sino que se asesinaban también las alternativas a “la política de la venganza". Obama ha debido ser consciente de ello, no ha podido ser tan ciego.

La oportunidad para USA de aparecer como garante de la Justicia y el Derecho se ha esfumado. No se ha celebrado un juicio, que hubiese permitido recordar a todo el mundo que Al Qaeda también hizo numerosos atentados en países musulmanes y mató a muchos afganos, indonesios y marroquíes (entre otros). Tampoco se ha podido ver a un país musulmán procediendo a la captura del terrorista y haciendo respetar la Ley; un Pakistán pretendidamente desinformado ha quedado ante los ojos del mundo como una sociedad cómplice o al menos bajo sospecha.

Las decisiones que el presidente Obama ha tomado en estos días históricos son el enésimo semáforo rojo que nos advierte del peligro de una era de oscurantismo ya presagiada con la persecución a Wikileaks.

El secretismo de las autoridades, la complicidad militar, el ninguneo al gobierno pakistaní y la política de hechos consumados son un portazo demasiado sonoro como para no seguir preguntándonos qué había al otro lado de la puerta.

Rafa Arencón

Rafa Arencón Edo es escritor, profesor de secundaria y ministro anglicano en Reus.

4 comentarios:

  1. Txus

    No te falta razón en lo que expones y tomo buena nota de ello, sin embargo tengo algo que añadir. Los crímenes y el daño que causo esta persona, son tan grandes, evidentes y conocidos como para ponerlo en una situación de GUERRA, tanto contra EEUU como contra la civilización occidental y otros países y culturas que comentas.Por lo tanto a mi entender no fue una operación policial, sino una operación de guerra y por tanto veo perfectamente lícito la muerte del enemigo, en una guerra que había declarado el mismo, no los EEUU.
    Este matiz es fundamental y considero que hay que tenerlo presente. Además podemos añadir que su detención solo hubiera servido para poner en peligro a miles de personas inocentes en busca de su liberación. ¿que hubiera sucedido si estando prisionero en EEUU, sus seguidores secuestran una escuela en un pueblo de Jaén y matan un niño cada 10 minutos mientras no lo dejan en libertad? ¿que habrías dicho en ese caso? que los maten a todos mientras esperas tranquilamente a que se celebre el juicio. Una cosa son las ideas de libertad e igualdad y los sentimientos humanos que debemos aplicar como bien dices en todas las ocasiones posibles, pero existen casos donde la excepción confirma la regla perfectamente.
    No hacen falta togas y parafernalia judicial envuelta de dignidad y sabiduría para saber que esa persona estaba mejor muerta que viva. Sus crímenes ya le habían juzgado. El criminal era él y la victima el soldado que se vio obligado a quitarle la vida para hacer un mundo mejor. ¿Tu hubieras disparado?
    Un saludo.

  2. Gracias Txus por tus comentarios. Es cierto que en el contexto de una guerra tradicional una operación como ésta hubiera encajado mejor. De todos modos, asesinar a alguien en su domicilio particular, en presencia de su hija menor de edad, en un territorio neutral como era Pakistán, etc. dista mucho de ser una operación de guerra (entendida como dos ejércitos enfrentados por un territorio). Yo no le hubiera disparado ni creo que tengamos derecho a decidir quién estaría mejor muerto que vivo. Pero respeto tu opinión, que me parece razonable y bien argumentada.

  3. Txus

    Hola Rafa.
    Que bien se vive siendo bueno, predicando el amor y la fraternidad entre los hombres sin verte nunca obligado a tomar decisiones extremas. Veo que eres sincero y dices que tu no dispararías, lógico, yo tampoco, creo que es la peor situación en la que puede verse una persona, tener que matar a otra. No es una cuestión de valor, es una cuestión de principios. A todos nos gustaría irnos para el otro mundo con unos pocos pecaditos, pero sin la marca de haber matado a un semejante. Yo soy bueno, yo nunca maté a nadie. Pero, se sincero como lo has sido y dime, que harías si Ben Laden quema viva a tu familia, ¿se lo permitirías o actuarias? Yo personalmente actuaría y no dudaría en disparar en defensa de mi familia o de mi propia vida, a la vez de odiar a esa persona por haberme obligado hacer lo que nunca y bajo ningún concepto desearía haber hecho. Pues ante los ojos de Dios no existe ninguna diferencia entre tu familia, la mía o las personas asesinadas por este personaje. Por esa razón yo también me considero culpable y comparto pecado con el que disparó, porque yo también hubiera disparado. Ben Laden me convirtió en cómplice de asesinato el día que mató a personas inocentes que también eran hermanos míos y yo hubiera disparado para evitarlo. Ley universal, causa efecto, el mata y yo me convierto en asesino. ¿Como debe actuar el hombre ante un asesino? Como no tenemos derecho a decidir quien está mejor muerto que vivo como dices, ¿Debemos permitir la muerte de inocentes? ¿Debemos permitir que el mundo caiga en manos de los violentos? ¿no tenemos derecho a la defensa? Dejándonos matar vamos a construir un mundo más justo. Cuando la gente se estaba quemando viva y saltando por las ventanas con una muerte horrible, ¿hubieras pedido un juicio? o hubieras disparado contra los asesinos para evitarlo. Cuando estemos tu, yo y el soldado que disparó ante Dios rindiendo cuentas, ¿tu que dirás? fue él yo no fuí, yo estaba lejos y con mi familia a salvo. No se quien decía que "el mundo no es malo por los que hacen el mal, sino por la gente buena que lo permite". Te diré que soy vasco y como comprenderás algunos tenemos una especial sensibilidad por las victimas y un hartazgo por las medias tintas que dan oxigeno y argumentos a los asesinos. Bien, perdona la réplica pero he aprovechado tu sinceridad y condición de Ministro Anglicano para plantearte una cuestión de conciencia que para mí es muy importante. Si el moderador considera que este post se sale del tema o no es adecuado comprendo que lo borre. Pero siguiendo a Mises, (para que no me borre el post), el hombre actúa para pasar de un estado a otro más satisfactorio, y en este caso la acción humana nos ha dado un mundo mejor sin Ben Laden. Un saludo.

  4. Gracias de nuevo Txus por seguir profundizando en el tema. En primer lugar, creo que es llegar muy lejos afirmar que te conviertes en cómplice de asesinato a causa de los asesinatos de Bin Laden, por considerar hipotéticamente la opción de asesinarlo de forma preventiva. Debemos tener un elevado sentido de la propia moralidad pero tampoco está mal conservar ciertas dosis de autoindulgencia. Culpabilizarse por algo que NO ha ocurrido no puede ser bueno. En segundo lugar, la defensa propia ES moral. Otra cosa es cómo se ejerce. Debemos intentar evitar agresiones y utilizar el mínimo de violencia en toda acción defensiva. Por ejemplo, en la defensa personal cuerpo a cuerpo muchas veces se utiliza la propia energía del contrario para reducir al agresor o zafarse de él. Incluso en caso de invasión de un país por otro, la única solución para la resistencia no es echarse al monte como los maquis, fusil al hombro. Hay otras formas eficaces de resistencia no violenta. Por ejemplo, si eres controlador aéreo basta que digas que tienes una gripe repentina para provocar un caos en todo el país (como hemos podido comprobar este año). Pero no quiero eludir los "casos difíciles". Sí, si tuviera una pistola casualmente a mi vera y un desalmado estuviera intentando matar a una de mis hijas, le dispararía (aunque si la tensión me permitiera pensar, intentaría apuntar a su pierna). Es más, el Señor nos pidió que pusiéramos nuestra otra mejilla, pero no dijo que permaneciéramos impasibles mientras le partían la cara a nuestro vecino. Debemos intervenir ante las injusticias (no sólo las que nos tocan en carne propia, familia, etc.), pero procurando causar el menor de los perjuicios. Un autor teatral escribió refiriéndose a Poncio Pilato: "Nunca unas manos tan limpias estuvieron tan sucias". Si las circunstancias de la vida nos dan tan pocas opciones que no nos queda más remedio que ensuciarnos en alguna medida, pidamosle perdón al Señor; pero sigamos confiando en que un día el Amor triunfará y cubrirá todo el mal y la violencia de este mundo.