Por Arturo José Mengual
Nunca he fumado en mi vida, sin embargo he tenido que respirar durante muchos años el humo de otros, debido a la falta de Libertad. No obstante, legislar para prohibir tal hábito, restringiendo las libertades ciudadanas, jamás de los casos será la solución ideal. Pero ahora vemos como el Estado, poniendo como excusa la defensa de la Libertad, viene preparando un nuevo cambio en la normativa, a tenor del cual, la prohibición taxativa de no fumar en restaurantes, zonas de ocio y similares, será flexibilizada y se podrá fumar en aquellos espacios que habilitaron en su día, zona para fumadores, trayendo como causa supuestamente favorecer el consumo y la recuperación económica.
Es evidente que el hecho de fumar puede traer consigo perjuicios para la salud. Sin embargo, su prohibición total o parcial, es un daño irremediable para la Libertad. Es por ello, que aquellos que muestran su satisfacción por volver a la norma anterior, debido a la errónea o inadecuada regulación actual, están aceptando implícitamente que se pueda restringir la Libertad en cualquier momento, habida cuenta que lo idóneo en estos supuestos es dejar que cada uno de los propietarios de los locales y establecimientos decidan si en su local se puede fumar o no, y por el otro lado, los consumidores decidirán libremente en que local acudirán a gastar su dinero.
En suma, una regulación prohibitiva y limitativa, no puede escudarse en que la misma beneficia a un colectivo, o que debe modificarse porque en situaciones puntuales no cumple sus objetivos, o porque ha sido errónea... Las leyes deben ser generales y abstractas, aun cuando tengan un marco normativo específico, con el fin de regular y resolver cualquier tipo de conflicto, respetando la Libertad y la propiedad de los individuos. Es por ello, que en el caso nos ocupa, debemos tener presente que son las personas las que deben elegir libremente a que sitio ir, de fumadores o no, sin que el gobierno nos saque los cigarrillos del bolsillo.
Arturo José Mengual.
Letrado en ejercicio.
Miembro del Foro Ermua.
Corresponsal en www.futbolaldia7.com
@ajmengual
Nunca he fumado en mi vida, sin embargo he tenido que respirar durante muchos años el humo de otros, debido a la falta de Libertad. No obstante, legislar para prohibir tal hábito, restringiendo las libertades ciudadanas, jamás de los casos será la solución ideal. Pero ahora vemos como el Estado, poniendo como excusa la defensa de la Libertad, viene preparando un nuevo cambio en la normativa, a tenor del cual, la prohibición taxativa de no fumar en restaurantes, zonas de ocio y similares, será flexibilizada y se podrá fumar en aquellos espacios que habilitaron en su día, zona para fumadores, trayendo como causa supuestamente favorecer el consumo y la recuperación económica.
Es evidente que el hecho de fumar puede traer consigo perjuicios para la salud. Sin embargo, su prohibición total o parcial, es un daño irremediable para la Libertad. Es por ello, que aquellos que muestran su satisfacción por volver a la norma anterior, debido a la errónea o inadecuada regulación actual, están aceptando implícitamente que se pueda restringir la Libertad en cualquier momento, habida cuenta que lo idóneo en estos supuestos es dejar que cada uno de los propietarios de los locales y establecimientos decidan si en su local se puede fumar o no, y por el otro lado, los consumidores decidirán libremente en que local acudirán a gastar su dinero.
En suma, una regulación prohibitiva y limitativa, no puede escudarse en que la misma beneficia a un colectivo, o que debe modificarse porque en situaciones puntuales no cumple sus objetivos, o porque ha sido errónea... Las leyes deben ser generales y abstractas, aun cuando tengan un marco normativo específico, con el fin de regular y resolver cualquier tipo de conflicto, respetando la Libertad y la propiedad de los individuos. Es por ello, que en el caso nos ocupa, debemos tener presente que son las personas las que deben elegir libremente a que sitio ir, de fumadores o no, sin que el gobierno nos saque los cigarrillos del bolsillo.
Arturo José Mengual.
Letrado en ejercicio.
Miembro del Foro Ermua.
Corresponsal en www.futbolaldia7.com
@ajmengual
Buena elección, dejamos elegir a los empresarios y tambien a los ciudadanos.
Aquí estoy algo dividido, el principio libertario es respetar la libertad individual mientras que no se infrinja la libertad de otros individuos. El caso de fumar y expulsar gases nocivos a nuestro alrededor infringe el derecho a respirar aire limpio de los que rodean a los fumadores. La lógica seguiría en que los no fumadores son libres de ir a sitios donde se sabe de ante mano que se fuma. Y que los empresarios o due;os de la propiedad privada son libres de poner las normas relativas al uso del tabaco que ellos deseen en su local. En una sociedad libertaria utópica habría todo tipo de opciones en las que los derechos de los fumadores y los no fumadores se respetaran pero para ello habría que poner un control absoluto del flujo del aire y las partículas que este contiene. No vivimos en esa realidad, pero debemos aspirar a ella. Es mas deseable tratar de cambiar mediante sugestión la moralidad de la sociedad sin llegar a la coacción forzosa de las leyes. La sociedad actual tiene un gran bagaje de muchos anos de tradición de fumar que hace casi imposible que existan opciones para los no fumadores puedan acudir a lugares de ocio sin aguantar los humos producidos por un producto que contiene sustancias adictivas que "Obliga" a los fumadores a continuar usándola. La ley no prohibe fumar o ilegalizar el tabaco solamente hace mas facil a los no fumadores a disfrutar de su derecho de respirar aire limpio. De aquí a unos anios la actitud de la sociedad habrá cambiado hacia el tabaco y sera posible que entonces se podría levantar la prohibición y habría opciones y alternativas para todos. Idealmente no habría que prohibirlo pero egoistamente me alegro de que el aire este mas limpio ...aunque ya no viva en espana : )