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Indignados todos; pero indignación sin coacción

Llamamiento por la democracia liberal
a raíz del bloqueo del Parlamento de Cataluña el jueves 16 de junio de 2011

Las instituciones no son meros artificios y constructos sociales, estas son la maravillosa síntesis de un largo proceso de ensayo y error en el que la razón práctica ha tenido que discernir cuáles son los marcos de cooperación más adecuados para consolidar y defender la vida social. Cuando las instituciones –tales como respeto de la ley, el cumplimiento de las promesas, el respeto a los contratos, la protección de la familia, el respeto de la propiedad y la libertad, y tantas otras – son vilipendiadas, menospreciadas y vapuleadas por los actores políticos; el camino a la violencia y el conflicto social agresivo queda servido. Los dolorosos sucesos que estamos contemplando no dejan de estar interrelacionados con un contexto axiológico desordenado de mayor envergadura. Para comprender con profundidad el proceso de descomposición y anomia social que expresan los eventos ocurridos es preciso analizar este drama a la luz de los errores que los actores políticos han venido cometiendo en el último tiempo.
Mario Silar


1. El método para avanzar en la solución de conflictos: no violencia y resistencia pacífica.
2. Los objetivos: una democracia inmediata, directa, extensa. Las nuevas tecnologías apoyan este cambio.
3. El papel de nuestra democracia liberal: no podemos contemplar otro tipo de democracia. La separación de poderes y el respeto a las minorías legitiman lo que si no sería un mero ejercicio aritmético de mayorías y minorías.
4. Nos alegra que los ciudadanos indignados hablen de política y lo hagan en la calle. Pero es tiempo de pasar a una acción realmente política (programática). Si no, la olla seguirá hirviendo y lo aprovecharán los violentos o quién sabe quiénes (los autoritarios).
5. Los más perjudicados por la corrupción, la crisis, etc. son los más indefensos. Debe ser labor de la sociedad civil, no solamente del Estado, cuidar de nuestros vecinos y ayudar a los débiles. Una sociedad abierta se construye con todos, sin exclusiones.

Rafael Arencon


La clase política y la situación de profunda crisis económica que vivimos (la segunda muy relacionada con la primera), proporcionan razones de peso para la indignación social. Sin embargo, la comprensible y -hasta cierto punto- sana indignación debe gestionarse bien y canalizarse en la buena dirección. Ello no solo requiere un buen diagnóstico de nuestros problemas -del que, en mi opinión, los movimientos de los "indignados" carecen, a la luz de sus soluciones planteadas-, sino también unas formas y procedimientos correctos. Este segundo requisito tampoco se ha cumplido, con las acampadas en Sol y en las principales plazas de la geografía española, y todos los problemas que ellas han originado -siendo los perjuicios a los comerciantes de Sol los más visibles-. Se escudan en que son no-violentos, pero uno puede ser no-violento y al mismo tiempo violar los derechos de los demás.

Sin embargo, el hecho más grave hasta la fecha de todas estas revueltas ha sido el intento de bloquear las actividades del Parlamento catalán, insultando e increpando a los parlamentarios. Este tipo de actos no deberían permitirse. Pero ya se sabe, cuando uno hace dejación de responsabilidades en un principio, conforme pasa el tiempo las cosas se ponen cada vez más difíciles, y lo que en un primer momento era un problema ligero, se convierte en un verdadero dolor de cabeza que puede poner en jaque el funcionamiento de las instituciones democráticas.

Estas palabras, no obstante, no significan que el sistema político e institucional actual esté falto de problemas, ni que los políticos españoles no se merezcan un verdadero rapapolvo. Pero hay formas y formas de tratar de poner solución a estos problemas. La que han elegido no es, desde luego, la más adecuada.
            Angel Martín

2 comentarios:

  1. txus

    Indignados están los trabajadores, las personas que después de 30 años de duro y constante trabajo han visto que según les subían el sueldo en la empresa les subían los impuestos y llegados a la edad de jubilación no tienen nada. Indignados es que después de toda la vida trabajando, viviendo bajo una dictadura esforzándote a tope para pagar los estudios de unos hijos acomodados, estos se tiren a la calle a pedir que les regalen la vida. Indignado es viendo todo lo que has tenido que hacer para salir adelante, todos los oficios por los que has pasado, toda la imaginación puesta en ganar un duro, tus hijos con una formación donde no se han esforzado nada, solo el dinero que tú has pagado, se saltan todas las instituciones por las que has luchado y piden que les subvenciones.
    Cuando he pasado por las plazas y he visto la gente allí sentada, no he visto ningún buzo de trabajo, no he visto ningún traje, no he visto ningún uniforme, y si me lo permiten y sin ánimo de polémica, no he visto ningún negro, ¿y saben por qué? , porque estaban trabajando.

  2. Anónimo

    Muy bien dicho !

    Es más, cuando pasé por la Plaza aún tenían la cara dura de poner: "prohibido el paso sin permiso" y "no lanzar coetes, gracias; y disculpen las molestias". No es una plaza "pública", de todos ? No han aborrecían de la propiedad privada y ahora resulta que se comportan como tal, con sus propias normas, instalaciones, ocupaciones ? Es asombroso el grado de contradicción y de ociosidad (la parte del Capital de Marx en que critica a los burgueses ociosos se la deben saltar, porque precisamente es lo que son).

    Eugenia España