“El Estado limitado puede ser superior a la anarquía
aunque no es cierto que cualquier forma de gobierno
es superior a la ausencia total de él” P. Leeson
En su célebre trabajo “The size of nations” (2003), Alesina y Spolaore procuran dar una respuesta económica a las principales cuestiones institucionales y políticas. Con tintes evidentes de materialismo histórico, los autores no dudan en trazar una relación directa entre las implacables fuerzas económicas y comerciales con el tamaño de los Estados, el grado de centralismo, el predominio de la rule of law e incluso las guerras. Uno de los corolarios de esta obra –cuanta mayor globalización económica, mayor desintegración política– ha entusiasmado las almas independentistas y su afán de demostrar la viabilidad económica de sus deseos nacionales.
En su planteamiento, los autores se limitan a considerar los puntos interiores de la ecuación, asumiendo implícitamente que lo único que se debe tener en cuenta es el tamaño (positivo) del Estado y no la necesidad de poner en duda su existencia. Relajando esta última asunción, Peter T. Leeson(1) extrapola el análisis utilitarista de Alesina y Spolaore para contemplar soluciones donde el tamaño óptimo del Estado sea cero.
Una de estas situaciones –un tanto remota para el lector– se produce en aquellas pequeñas comunidades primitivas que, por sus particularidades económicas, no establecieron ningún marco institucional formal ni explícito. La elevada homogeneidad de dotaciones y la ausencia de economías de escala condicionaban fuertemente las ventajas potenciales de la especialización y el intercambio. En este caso, los beneficios del Estado, entendido como paraguas institucional de las transacciones comerciales, son prácticamente nulos. Además, la alta homogeneidad cultural de estas sociedades facilitaba el establecimiento de acuerdos institucionales informales, hecho que ha sido identificado por Ostrom(2) como factor clave a la hora de gestionar bienes comunales naturales sin necesidad de propiedad privada ni Estado.
El comercio internacional –que representa el 25% del PIB mundial– tampoco se estructura en torno a instituciones formales pero por razones diametralmente opuestas al caso anterior. Los ingentes intercambios internacionales, fruto de los beneficios de la especialización mundial, deberían incentivar la creación de un Estado mundial pero los costes políticos y la alta heterogeneidad aseguran el fracaso de esta empresa. La Unión Europea cuenta sus mayores logros en el campo estrictamente comercial pero pocos se atreverían a decir que esta situación es análoga para el ámbito político. Leeson ilustra el carácter notablemente anárquico del comercio internacional mencionando el hecho de que el 90% de las disputas internacionales se dirimen en tribunales privados de arbitraje y en base a leyes consuetudinarias mientras que el 88% de los contratos se cumplen sin ningún tipo de infracción.
Con estas dos situaciones, Leeson pretende probar que la ausencia de un marco institucional puede ser la respuesta óptima en términos de bienestar dependiendo de la relación que se establezca entre los beneficios del intercambio y los costes de constitución de un Estado formal. El anarquismo puede ser eficiente, nos dice.
En otro de sus artículos(3) y a colación con lo expuesto anteriormente, Leeson presenta el caso somalí tras el desmoronamiento del régimen totalitarista de Siad Barre. Su hipótesis es que el incremento de bienestar de la población ha aumentado desde entonces gracias a la no restitución del marco institucional, hoy prácticamente desaparecido. La mayoría de indicadores de bienestar usados por el autor han aumentado en términos absolutos y en mayor proporción en comparación con los países vecinos con características similares. Aunque, como buen austríaco, no se prodiga en consideraciones estadísticas y obvia el efecto base de los indicadores (relativamente bajos tras el régimen de Barre), sí que son consideraciones sugerentes, pocas veces sopesadas en la literatura moderna de desarrollo económico.
(1) Leeson, P. (2007), “Efficient anarchy”
(2) Ostrom, E. (1990), Governing the Commons: The Evolution of Institutions for Collective Action
(3) Leeson, P. (2007), “Better Off Stateless: Somalia Before and After Government Collapse"
Pau LLabró i Vila
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